
Es hora de evolucionar e ir más allá del ideal antiguo del macho, todo determinación y nada de corazón.
Y también es hora de evolucionar e ir más allá del ideal del hombre tibio, sensiblero y cariñoso, todo corazón y nada de determinación.
Asume el reto del hombre contemporáneo: autoaceptación radical de todo lo que nos rodea, descubriendo la unión del cuerpo, el corazón y la determinación mediante una espiritualidad enraizada en el cuerpo.
Conectado con la conciencia, el respeto y el amor hacia los demás abriendo el corazón sin límites al misterio de la vida en el momento presente.