Más Allá de la Autoexigencia: El Poder de la Autoaceptación en tu Vida y tu Sexualidad

Vivimos en una cultura obsesionada con el logro. El movimiento New Age, con su afirmación de «puedes conseguir todo lo que te propongas», a menudo nos lleva a una trampa: creer que si no alcanzamos algo, es porque no nos esforzamos lo suficiente. Pero la verdad es más sutil.

No Todos los Deseos Vienen de Ti

Hay dos tipos de metas:

  1. Las que nacen de tu esencia: Esa voz interna que te impulsa, incluso cuando el camino asusta. Puede tardar, pero hay una sensación de fluir.
  2. Las impuestas: Expectativas sociales y económicas, comparaciones o mandatos familiares. Si no las logras, aparece la frustración y la culpa.

El problema no es el fracaso, sino confundir lo que realmente quieres con lo que crees que deberías querer.

Autoaceptación Radical: El Antídoto Contra la Culpa

 

Aceptar no es rendirse. Es dejar de guerrear contra ti mismo y contra la vida. Implica:

✔ Soltar el perfeccionismo: No necesitas ser «mejor» para merecer paz.

✔ Abrazar tus emociones: Incluso las incómodas, como el miedo o la tristeza.

✔ Dejar de culpar a otros: Por no cumplir con tus expectativas.

Esta práctica no solo libera tu mente, sino también tu cuerpo.

Cómo la Aceptación Transforma tu Sexualidad

La desconexión sexual suele ser síntoma de:

  • Vergüenza: Por tu cuerpo, tus fantasías o tu historia.
  • Exigencia: Buscar «rendimiento» en lugar de placer.
  • Miedo: A no ser suficiente.

La autoaceptación desbloquea esto. Te permite:

  •  Disfrutar sin juicios: El placer es legítimo cuando nace de ti.
  •  Habitar tu cuerpo: Sin compararte con ideales imposibles.
  • Conectar desde la autenticidad: No desde roles aprendidos.

El Regalo Escondido en el Camino

Si algo no se concreta, quizá el aprendizaje no era el resultado, sino lo que descubriste al intentarlo. La vida no es un examen; es un viaje de regresar a ti una y otra vez.

Cuando dejas de forzar, encuentras algo más valioso: la libertad de ser quien ya eres. Y desde ahí, todo—incluido el sexo—se vuelve más vivo, más tuyo.

¿Y si hoy, en lugar de exigirte más, te dieras permiso para ser?

Carrito de compra
Scroll al inicio