El ego espiritual y el despertar espiritual
Cuando uno desarrolla un ego espiritual, una sensación de cuán realizado espiritualmente es, debido a sus experiencias espirituales, y cuando los mantras se vuelven poderosos a través de la práctica espiritual dedicada, entonces esa persona con un ego espiritual adquirirá poderes como carisma y la capacidad de influir en los demás, poder para generar riqueza, y estos poderes parecen legitimar su ego espiritual, tal como lo percibe.

"En un mundo que sobrevalúa lo virtual, el tacto consciente se convierte en un acto revolucionario de transformación."
La satisfacción que se obtiene a través de estos poderes no es la verdadera plenitud, así que cuidado con la expansión de la mente en el seno de Māyā (el mundo convencional) que puede dar lugar a este sueño ilusorio basado en los poderes que se derivan del uso del mantra.
Mediante el poder del mantra, puedes tener el mejor sueño (metáfora para la vida convencional) posible, pero eso no es lo mismo que el despertar espiritual. El despertar espiritual es despertar del sueño.
Pero en la tradición tántrica, las personas podían utilizar, y de hecho utilizaban, el poder de los mantras para mejorar la calidad del sueño que estaban soñando, en lugar de despertar de él. Esto puede parecer vivir la vida al máximo. El problema surge cuando la felicidad se basa en que las circunstancias externas sean de cierta manera. Esto es problemático a largo plazo porque todo es impermanente. Si basamos nuestra felicidad en lo impermanente, nos exponemos al sufrimiento.
Por eso la tradición tántrica recomendaba, sí, vivir la mejor vida posible y también desarrollar un despertar espiritual, una comprensión de aquello que no nació ni muere, de lo que es permanente y si tu plenitud surge de eso, entonces lo que nos pasa ya no es fuente de gran sufrimiento.

